Imaginemos un grupo de alumnos alérgicos a la celulosa.
O un grupo de alumnos analfabetos en su propia lengua.
O un lugar de trabajo en el que nos restringen hasta el ridículo el número de fotocopias.
Imaginemos que las circunstancias de trabajo nos obligan a buscar recursos alternativos al papel.
Poco a poco iríamos admitiendo que todo aquello de lo que vamos sirviéndonos resulta
sorprendentemente productivo en el aprendizaje.
No marginemos por tanto a los que no son alérgicos a la celulosa y tratémoslos como si lo fueran.
Saldremos ganando nosotros, los estudiantes y la Selva Amazónica.

Las personas

Los profes siempre nos hemos sacado mucho partido a nosotros mismos. Un profe de lenguas no se diferencia tanto de un artista de circo, que pone en el asador toda su persona, su simpatía, su empatía, su experiencia, sus habilidades, sus encantos, sus gracias y, si te descuidas, sus desgracias. No hay que explicarle a nadie que en el aula puede echar mano de un recurso que siempre está ahí, él mismo, porque todos lo hacemos.
Vamos a insistir, en cambio en exprimir ese potencial del resto de humanos que pueblan el aula. Los alumnos también son un pozo sin fondo de experiencias, capacidades, emociones... Poner en juego (y nunca mejor dicho) todo ello a la hora de aprender es un doble acierto, en la medida en que multiplica los recursos y en la medida en que lo que sale directamente del individuo afectivo/agente social está garantizado que se convierta en una vivencia enriquecedora y de aprendizaje

2 comentarios:

  1. me gustó la idea del artista de circo.... somos un poco payasos, y hacer reir me parece una de las acciones hermosas que las persona podemos realizar¡? Quiero hacer reir¡¡¡¡ Os lo contaré cuando lo consiga.

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  2. me gustó la idea del artista de circo: somos un poco payasos y hacer reir es una de las cosas mas hermosas que las personas podemos hacer.....Quiero ser un payaso¡? Os lo contaré cuando lo consiga¡

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